Artana en vilo: el incendio forestal desafía a más de una decena de medios aéreos y pone en alerta a Castellón
El fuego iniciado en Tales se reaviva en el Espino y expone la falta de gestión forestal, obligando a desplegar numerosos medios aéreos mientras vecinos y expertos reclaman más prevención

Artana (Castellón) vuelve a estar en el mapa, esta vez no por sus montes verdes sino por el humo que se ve desde kilómetros. El incendio forestal declarado ayer en Tales se ha reavivado en la zona de Espino y avanza con dificultad de acceso para los medios terrestres, lo que obliga a depender casi por completo de los helicópteros y aviones.
El dispositivo
Durante la jornada se han movilizado hasta 11 medios aéreos, 7 autobombas y varias brigadas helitransportadas de la Comunitat Valenciana, Aragón y Cataluña.
El operativo incluye también voluntarios forestales, coordinadores y equipos de emergencias sanitarias en preventivo.
La situación evoluciona “positivamente” según fuentes oficiales, aunque los propios vecinos aseguran que el fuego lleva activo desde ayer y no se actuó con la rapidez necesaria.
Un monte cerrado y olvidado
El principal problema no es nuevo: el monte está sucio y sin gestionar.
Quien conoce la zona lo explica claro: “ahí no sube ni el jabalí”. Antes, el ganado pastaba en esas montañas, mantenía las sendas abiertas y reducía la maleza. Hoy, en cambio, los animales tienen cada vez más trabas para acceder y aprovechar el terreno, y el resultado es un monte cerrado que se convierte en combustible cada verano.
El patrón de siempre
Cada año la misma historia:
- Fuegos en zonas inaccesibles.
- Despliegue tardío y carísimo de medios aéreos.
- Vecinos que sienten que se podría haber hecho más en prevención.
Mientras tanto, los agricultores ven cómo se pierden cosechas, los pueblos quedan rodeados por montes abandonados y los incendios se convierten en parte del calendario estival.
Preguntas que quedan en el aire
¿Por qué se no se invierte en prevención si todos los años pasa lo mismo?
¿Por qué se permite que los montes se cierren y el campo se vacíe?
Y, sobre todo, ¿quién gana cuando cada verano hay un nuevo incendio que “obliga” a movilizar medios millonarios?
Conclusión
El fuego de Artana no es un hecho aislado. Es otro aviso de lo que pasa cuando el monte se abandona y la vida en el campo se deja morir.