El expresidente prometió no detener comandos etarras durante el alto el fuego
Zapatero y su pacto con ETA: la traición que el PSOE quiere borrar de la memoria

José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno, se comprometió con la banda terrorista ETA a no perseguir ni detener a sus comandos mientras durara el llamado alto el fuego. Una claudicación política que puso contra las cuerdas al Estado de Derecho y que hoy, casi dos décadas después, sigue siendo una herida abierta para las víctimas del terrorismo.
La negociación de la vergüenza
Mientras las familias lloraban a sus muertos y España entera sufría la amenaza del terrorismo, Zapatero apostó por un diálogo de concesiones con los asesinos. Según desvelaron actas internas de la banda, el Gobierno socialista prometió no actuar contra ellos a cambio de un supuesto proceso de paz que nunca llegó.
La realidad fue otra: ETA ganó tiempo, reforzó sus estructuras y se burló de un Ejecutivo débil y acomplejado.
Las víctimas, las grandes olvidadas
Lo más doloroso fue el mensaje que recibió la sociedad: que los terroristas podían sentarse en una mesa de negociación con el presidente, mientras las víctimas eran relegadas al silencio.
Ese pacto significó para muchos una traición moral y política, un abandono de quienes habían dado la vida por España.
Del Zapatero de ayer al Sánchez de hoy
Lejos de aprender la lección, el PSOE ha seguido la senda de la cesión. Hoy Pedro Sánchez se apoya en Bildu, herederos políticos de ETA, para mantenerse en el poder. La misma lógica: entregar poder a los enemigos de la unidad de España a cambio de votos.
Es el mismo guion con distintos protagonistas: ayer Zapatero con ETA, hoy Sánchez con Bildu y Puigdemont.
Que no nos roben la memoria
Los españoles no podemos permitir que este episodio se entierre bajo toneladas de propaganda socialista. La traición de Zapatero a las víctimas y la actual rendición de Sánchez ante Bildu y Puigdemont forman parte de una misma línea: la de un PSOE dispuesto a sacrificar la dignidad de la nación para mantenerse en el poder.
Es el momento de abrir los ojos, de decir basta, y de recordar que España pertenece a los españoles, no a los terroristas ni a sus cómplices políticos.