El gobierno trata de intimidar a los países que se resisten al uso del catalán en la UE
Quieren provocar una guerra de guerrillas en Europa

España ha elevado el tono diplomático al advertir que "se tendrá en cuenta cualquier falta de solidaridad" de los países que se resisten a aprobar el uso del catalán, euskera y gallego como lenguas oficiales en la Unión Europea.
El mensaje, lanzado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, busca presionar a los socios comunitarios que han mostrado reticencias ante la medida.
Durante su intervención, Albares señaló que España ha mostrado solidaridad en muchas cuestiones comunitarias y que ahora espera reciprocidad. “Nosotros nunca hemos bloqueado nada”, afirmó, subrayando que otros países deben hacer lo mismo en esta cuestión lingüística.
El Gobierno español propuso en 2023 que las tres lenguas cooficiales se incorporaran como lenguas oficiales de la UE, lo que permitiría su uso en el Parlamento Europeo, el Consejo y otras instituciones.
Sin embargo, países como Suecia, Finlandia o Francia han expresado dudas, principalmente por el coste económico y el precedente legal que podría generar para otras lenguas regionales en Europa.
España insiste en que los costes serán asumidos por su propio presupuesto nacional y que el reconocimiento del catalán, gallego y euskera no sienta precedente, ya que son lenguas con reconocimiento constitucional dentro del Estado español.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la decisión debe ser adoptada por unanimidad en el Consejo de la UE, lo que complica su aprobación. Mientras tanto, el Gobierno asegura que seguirá trabajando “hasta el último momento” para lograrlo.