El pueblo se alza como garante de la memoria frente a los intentos de borrar la historia
El Valle de los Caídos se tendrá que reconstruir

Ante las decisiones del Gobierno de modificar, desmontar o resignificar espacios históricos como el Valle de los Caídos, numerosos ciudadanos, asociaciones y plataformas civiles han comenzado a movilizarse para denunciar lo que consideran una agresión a la identidad colectiva.
"No es solo una cruz o un monumento, es parte de nuestra historia y debe respetarse", argumentan los defensores del patrimonio afectado.
Desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades, crece el clamor de quienes creen que la memoria de un pueblo no puede escribirse a golpe de decreto ni reescribirse desde el poder.
El compromiso del pueblo va más allá de lo simbólico. Hay quienes ya trabajan en propuestas de reconstrucción, documentación y preservación para que, si el presente derriba, el futuro pueda levantar.
"No se trata de nostalgia, sino de justicia para todas las generaciones que vivieron y construyeron este país", afirma un portavoz vecinal.
Así, el pueblo se convierte en el verdadero custodio de la historia, dispuesto a defenderla, reconstruirla si es necesario, y transmitirla sin filtros ideológicos.