Interior vuelve a confiar en el 'software' israelí Cellebrite ante el 'boom' de casos de corrupción
Marlaska no sabe dónde esconderse

El Ministerio del Interior ha vuelto a recurrir al programa israelí Cellebrite, una herramienta tecnológica avanzada para el análisis forense de dispositivos electrónicos, ante la avalancha de casos de corrupción que sacuden a diferentes niveles del poder político y administrativo en España.
Cellebrite permite acceder a teléfonos móviles, discos duros y otros soportes electrónicos, incluso si han sido borrados o encriptados, lo que lo convierte en una herramienta clave para las unidades de investigación de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Con el crecimiento exponencial de tramas corruptas, muchas de ellas vinculadas a contratos públicos, adjudicaciones irregulares y sobornos encubiertos, Interior se ha visto obligado a reforzar su capacidad de análisis técnico para poder responder con eficacia.
Fuentes de la investigación aseguran que Cellebrite ha sido esencial en casos recientes como los registros relacionados con Adif, Transportes o la conocida trama de comisiones vinculada al entorno del PSOE.
El Gobierno, sin embargo, ha evitado hacer pública esta renovación de confianza en la empresa israelí, posiblemente para no levantar sospechas sobre la magnitud real del problema.
Pero los datos son claros: la corrupción ya no es un caso aislado, sino un patrón sistémico, y eso obliga a reforzar los mecanismos de control con herramientas cada vez más potentes.
Cellebrite vuelve a escena, no por precaución, sino por necesidad.
Y eso dice mucho del momento que atraviesa la política española.