La izquierda llora en Castellón:protesta de los progres contra Mazón acaba en otro acto de victimismo político
La izquierda rabia a diario sin sentido

Cientos de activistas de izquierdas, acompañados por sindicatos subvencionados, plataformas feministas de pancarta fácil y políticos sin cargo, se manifestaron este jueves en Castelló para exigir la dimisión de Carlos Mazón, en lo que más pareció un mitin de frustrados que una protesta seria.
Entre gritos de “fascista”, “nos están matando” y otras frases prefabricadas de manual, los progres sacaron sus mejores pancartas y discursos para denunciar un gobierno que ni entienden ni controlan. Les molesta Mazón porque no se arrodilla ante sus dogmas ideológicos ni su chantaje emocional.
Los mismos que callaron durante años ante escándalos de corrupción, manipulación mediática y sectarismo cultural del Botànic, ahora se echan a la calle con una supuesta superioridad moral que nadie compra ya.
“Mazón recorta”, gritan, mientras ignoran que lo que verdaderamente se ha recortado es el acceso de sus chiringuitos ideológicos a dinero público. Lo que molesta no es la política de Mazón, sino el fin de una era de privilegios para unos pocos que se creían dueños de la Comunitat Valenciana.
Para los sectores progresistas, la democracia solo vale si mandan ellos. Cuando pierden, hablan de “regresión”, “ultraderecha” y “alarma social”, pero la única alarma es verlos patalear cada vez que alguien gobierna sin pedirles permiso.
La protesta terminó como empezó: con mucho ruido, cero propuestas y una izquierda desconectada de la realidad, que confunde Twitter con las urnas y las pancartas con las soluciones.
Castellón no necesita llorones de pancarta. Necesita gestores, y eso es lo que el progresismo nunca supo ser.