La Matanza Valenciana por Sonia Villa

Mientras se sigue debatiendo si lo que, según las encuestas, pide la inmensa mayoría de la población es racismo o no, la vida sigue.

Todos tenemos muy claro lo que está pasando en nuestras calles, y cómo se ha venido tratando el tema de la delincuencia durante los últimos años, en todos los medios de comunicación, cuando se ocultaban convenientemente ciertos datos, para no enfrentarse a las consecuencias de no seguir el argumentario buenista de la izquierda. No hay nadie con dos dedos de frente que no supiera que en algún momento esto iba a estallar. Y no hay nadie que no sepa que seguirá ocurriendo.

Del mismo modo, también sabemos qué pasa cuando todos los espacios políticos quieren sacar tajada del asunto. Pueden ustedes hacer apuestas de lo que van a decir unos y otros, y esperar a que se cumplan sus predicciones. Nunca fallan. Ni siquiera nos dejan la diversión de la expectativa y la incertidumbre.

A la larga, nadie hace nada. Y a una parte extraña, obtusa y adoctrinada de la sociedad, le da igual todo lo que no vaya con su línea marcada. ¿Saben el refrán del tonto y la linde? Es uno de mis favoritos. Son capaces de afirmar que es un bulo eso de que el cielo sea azul y las nubes blancas si los amados líderes así lo indican.

Mientras todo esto ocurre y vemos cómo se deforma, utiliza y tergiversa la verdad, la maquinaria continúa.

La negociación del pacto de financiación “singular” es uno de los clavos ardiendo a los que se agarra el Guapo para que no le planten una moción de censura. El problema es que su obstinada pretensión de ocupar un cargo que no merece por variadísimos motivos, nos va a costar, como todas las tonterías que hace, mucho dinero a todos los demás. Alicante es, sistemáticamente, la última provincia en financiación desde hace años. Ni el mismísimo Puig pudo cambiar eso, y algunas voces sostienen que se debió a que en las primarias, esas en las que supuestamente se hicieron trampas y fueron financiadas con fondos de dudosa procedencia, Pedro no era el candidato preferido de Puig. Muy rencoroso parece el señor Guapo...

Se nos va del punto de mira, con todo el jaleo que han armado sobre un problema de solución muy simple, que todo lo que rodea al gobierno es siniestro, dudoso y oscuro: familia, amigos y socios políticos. Algunos, viendo que el cuento buenista se acaba, y careciendo de los redaños para aceptar que, como rezaba la pintada “emosido engañados”, siguen propagando las falacias y frases hechas del argumentario diario, a costa del agotamiento de quienes que lo idean. Eso sí que es explotación laboral.

Mi favorita, es que la derecha es peor... Con Junts y PNV en el gobierno, ese argumento cae directamente por sí solo. Señores, la derecha ya está. Y esa derecha es peor para muchos de ustedes.

Tenemos fontaneras acumulando causas judiciales, hermanísimos huyendo a Japón, investigaciones policiales cayendo en el olvido de los medios...

Lo de Torre Pacheco, al margen de previsible, sólo ha puesto de manifiesto que hasta el bienestar de los ciudadanos y su derecho a pasear tranquilos por la calle no importan nada. ¿Qué esperaban? Este gobierno hace leyes que ponen a delincuentes sexuales en la calle, o que obligan a los ciudadanos a responder con sus posesiones como si fueran ellos los servicios sociales, que también pagan a precio de oro a través de sus impuestos. Por no hablar de la perversión estadística de datos que convierten la caída en picado del poder adquisitivo en un milagro económico... Claro, si celebran como un triunfo que cada vez más personas recurran al salario mínimo vital, ya vemos que la idea no es fomentar la autonomía financiera de las familias, sino atarlas en corto con ayudas.

Que Marlaska dejara fermentar el conflicto retrasando los refuerzos tres días no es nuevo. Ya lo hizo con la DANA. Las consecuencias, las conocen. Y que ahora anden a vueltas con qué es ultraderecha y qué no, también es una jugada conocida. Ya lo hicieron en Paiporta, cuando a Pedro le dio por hacerse maratoniano. Ni para eso son originales.

La raíz de todos los problemas es siempre este gobierno a la deriva, rehén de sus propios socios. La solución es cambiarlo cuanto antes.

Que viene la derecha...