La trama de Koldo: 15 reuniones con las empresas beneficiadas por un contrato amañado en La Rioja
Sin subtítulo

Koldo García, figura clave en un escándalo que destapa las prácticas más turbias de la administración pública, mantuvo hasta 15 reuniones con las empresas que finalmente se alzaron con un contrato supuestamente amañado en La Rioja. Este patrón de encuentros, lejos de ser una coincidencia, revela un entramado de favoritismos que pone en jaque la credibilidad del proceso y desnuda la corrupción enquistada en ciertas instituciones.
De los despachos a los contratos: un guion predecible Las reuniones, llevadas a cabo en fechas clave previas a la adjudicación, apuntan a algo más que un simple interés profesional. Fuentes cercanas al caso denuncian que Koldo habría jugado un papel activo para garantizar que estas empresas fueran las seleccionadas, diseñando las bases del contrato prácticamente a medida de sus beneficiarios.
“No estamos hablando de irregularidades menores, sino de un posible delito de prevaricación con claros indicios de connivencia”, asegura un experto en derecho administrativo. La frecuencia de los encuentros y la falta de transparencia en las decisiones son señales inequívocas de que el proceso estuvo viciado desde el principio.
El silencio incómodo de los implicados Las empresas beneficiarias, lejos de despejar dudas, han optado por el silencio o declaraciones ambiguas que no aclaran las acusaciones. Koldo, por su parte, niega cualquier irregularidad, pero sus explicaciones se tambalean ante los datos que siguen saliendo a la luz. Documentos filtrados revelan que las reuniones no solo fueron frecuentes, sino que en muchas ocasiones tuvieron lugar en momentos clave para la adjudicación del contrato.
¿Un caso aislado o la punta del iceberg? Este escándalo no solo salpica a Koldo, sino que pone en cuestión la integridad de las instituciones implicadas en el proceso. La ciudadanía de La Rioja exige explicaciones y depuración de responsabilidades, mientras crece la sospecha de que este caso podría no ser un hecho aislado, sino parte de un sistema corrupto mucho más amplio.
Organizaciones ciudadanas y partidos de la oposición han pedido la comparecencia inmediata de los responsables, calificando el caso como un ejemplo flagrante de cómo los intereses privados se imponen a los públicos en la gestión de recursos.
El precio de la impunidad Mientras las investigaciones avanzan, el caso de Koldo y las 15 reuniones ya ha minado la confianza en la administración regional. Cada día que pasa sin respuestas claras alimenta la percepción de que el sistema está diseñado para proteger a los culpables y mantener en la sombra las prácticas más oscuras de la gestión pública.
La ciudadanía exige no solo justicia, sino también una reforma profunda de los mecanismos de control para evitar que episodios como este se repitan. Koldo, por ahora, se aferra a su versión, pero los hechos hablan por sí solos, y todo apunta a que este escándalo será recordado como uno de los mayores símbolos de la corrupción en La Rioja.