Marlaska niega la cesión migratoria: “El control de fronteras sigue siendo de la Policía

El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha intentado calmar las críticas tras las informaciones que apuntaban a una cesión del control migratorio a ONGs y entidades privadas. En una comparecencia reciente, Marlaska aseguró que “policías y guardias civiles seguirán desarrollando las mismas funciones”, negando que el Gobierno haya reducido la presencia de las Fuerzas de Seguridad en la vigilancia fronteriza.

Dudas sobre el papel de las ONGs en la gestión migratoria

A pesar de las declaraciones del ministro, crece la preocupación sobre la creciente influencia de organizaciones afines al Gobierno en la gestión migratoria. Diversas informaciones han apuntado a que el Ejecutivo ha facilitado a ONGs proinmigración un papel cada vez más relevante en el proceso de acogida y traslado de inmigrantes que llegan de manera irregular a España.

Los sindicatos policiales han denunciado una pérdida progresiva de competencias y la falta de medios para frenar la avalancha de llegadas ilegales. “Nos dicen que seguimos teniendo el control, pero cada vez dependemos más de decisiones políticas que favorecen a las mafias”, advierte un representante de los agentes fronterizos.

Marlaska y su historial de polémicas con las Fuerzas de Seguridad

Las palabras del ministro no han convencido a la oposición ni a los propios cuerpos policiales. No es la primera vez que Marlaska choca con policías y guardias civiles, ya que en los últimos años ha sido criticado por su gestión de la seguridad en Ceuta y Melilla, así como por los recortes en recursos y efectivos en las zonas más afectadas por la inmigración ilegal.

Desde la oposición han exigido que Interior garantice el papel de las Fuerzas de Seguridad en la gestión migratoria y que no se ceda terreno a entidades con intereses ideológicos o económicos en la llegada masiva de inmigrantes.

España ante una crisis migratoria sin control

Mientras Marlaska insiste en que la Policía mantiene el control, las cifras reflejan un incremento preocupante de la inmigración ilegal, con miles de llegadas registradas en lo que va de año. En regiones como Canarias y el sur de la Península, la presión migratoria está desbordando los recursos disponibles, lo que ha generado un clima de inseguridad creciente entre la población.

Los ciudadanos y los propios agentes se preguntan: ¿hasta cuándo podrá el Gobierno seguir negando la realidad?