Nuevo conflicto en el centro de menas de Fuenlabrada: dos menores detenidos por atacar y amenazar a una educadora

Vienen a trabajar por el bien de España, sería la fantasía socialista

Redacción
Sociedad
martes, 2 de septiembre de 2025

El pasado fin de semana se registró un nuevo episodio de violencia en el centro de menores extranjeros no acompañados (menas) de La Cantueña, en Fuenlabrada (Madrid). Dos jóvenes fueron detenidos tras agredir y amenazar gravemente a una educadora, lo que vuelve a poner en el punto de mira el problema de inseguridad y conflictividad creciente en estos centros sostenidos con dinero público.

Los hechos: una trabajadora atacada

Según informaron los responsables del propio centro, dos de los internos comenzaron a alterarse de manera violenta y arremetieron contra una de las trabajadoras que trataba de calmarlos. La mujer, que ejerce labores de educadora, recibió insultos, amenazas y llegó a ser agredida físicamente, motivo por el cual se alertó de inmediato a las autoridades.

La intervención de la Policía Nacional fue necesaria para controlar la situación y proceder a la detención de los dos menores implicados.

Un patrón que se repite

Lo ocurrido en La Cantueña no es un hecho aislado. En los últimos meses se han registrado múltiples conflictos en centros de menas en toda España: peleas entre internos, destrozos en las instalaciones, amenazas a trabajadores e incluso agresiones a vecinos de las zonas cercanas.

Cada caso se suma a un clima de inseguridad creciente que sufren no solo los profesionales que trabajan en estos centros, sino también los ciudadanos que residen en las inmediaciones.

El silencio político y el precio que pagamos los españoles

La pregunta es evidente: ¿hasta cuándo se seguirá mirando hacia otro lado? El Gobierno de Sánchez, tan preocupado por mantener sus alianzas y su discurso buenista, sigue ignorando los problemas reales de integración y seguridad que estos centros generan.

Los trabajadores denuncian falta de medios y de protección.

Los vecinos reclaman más vigilancia y medidas efectivas.

Los contribuyentes, una vez más, ven cómo su dinero se destina a mantener un sistema que no funciona.

Mientras tanto, la izquierda política prefiere imponer un relato de victimismo hacia los agresores, en lugar de proteger a los verdaderos perjudicados: los españoles decentes y los profesionales que se juegan la piel a diario.

Conclusión: el espejo de un modelo fracasado

El nuevo conflicto en Fuenlabrada refleja lo que ya es un secreto a voces: el modelo de gestión de los menas en España ha fracasado estrepitosamente. Ni integración, ni seguridad, ni protección a los trabajadores. Solo violencia, miedo y dinero malgastado.

Y lo peor es que nadie en el Gobierno parece dispuesto a asumir responsabilidades. Mientras Sánchez y sus socios hablan de “convivencia” y “solidaridad”, la realidad es que educadores, vecinos y policías son los que pagan las consecuencias de un sistema que solo genera problemas y ninguna solución.


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