Otegi exprime la debilidad de Sánchez y exige acelerar el reconocimiento del País Vasco como nación

Arnaldo Otegi, portavoz de EH Bildu y antiguo miembro de una organización terrorista, ha olido la sangre política que mana de la Moncloa y no ha tardado en lanzarse al cuello de Pedro Sánchez. Aprovechando la fragilidad de un presidente cercado por la corrupción de su partido, Otegi ha exigido acelerar el reconocimiento del País Vasco como nación, en un nuevo chantaje político ante un Gobierno que ya no tiene fuerza moral ni autoridad real.

Sánchez, debilitado y a la defensiva, ha convertido su legislatura en una subasta constante de concesiones. Otegi lo sabe, y juega con ventaja. Mientras el presidente reparte indultos, borra delitos del Código Penal y pacta presupuestos a golpe de cesión, los enemigos de la unidad nacional avanzan casilla a casilla.

Bildu exige más y más, y Sánchez obedece. Así de sencillo. No hay defensa de la Constitución, ni del Estado, ni de la igualdad entre españoles. Solo hay una resistencia agónica de un presidente dispuesto a todo con tal de seguir en el poder.

¿Quién manda hoy en España? Basta con ver quién pone las condiciones y quién agacha la cabeza. Otegi exige. Sánchez asiente. Y mientras tanto, la nación española, una vez más, se convierte en moneda de cambio.

La debilidad no es una estrategia, es una rendición.