Podemos explora una «coalición de progreso» con Bildu, ERC y otras fuerzas nacionalistas
Los Anarquistas se juntan

Los morados han abierto la puerta a una nueva estrategia electoral de cara a futuras citas con las urnas: una alianza amplia con fuerzas independentistas y regionalistas, como EH Bildu, ERC, BNG o Compromís, bajo la etiqueta de una «coalición de progreso» que priorice la agenda social y el derecho a decidir.
La propuesta, aún en una fase inicial, pretende superar las divisiones de la izquierda y construir una alternativa al PSOE que sea más ambiciosa en sus planteamientos políticos y sociales.
Desde Podemos aseguran que esta estrategia busca romper con los vetos cruzados que han lastrado anteriores alianzas y generar un espacio que se base en el respeto a la pluralidad territorial del Estado.
«No hay democracia sin reconocer la diversidad de pueblos que componen España», ha declarado una fuente de la dirección del partido.
Uno de los puntos clave será la elaboración de las listas. Podemos insiste en que deben configurarse mediante primarias abiertas y sin vetos impuestos desde otras formaciones, en una crítica implícita a la experiencia con Sumar.
«La ciudadanía debe elegir, no los aparatos», afirman desde el entorno de Ione Belarra.
En el plano práctico, la dirección de Podemos ya ha mantenido contactos informales con varias fuerzas regionalistas y nacionalistas, con el objetivo de explorar puntos comunes y articular una agenda compartida.
En ella, destacan cuestiones como la derogación de la Ley Mordaza, la ampliación de derechos sociales, la defensa del medio ambiente y el reconocimiento político de las naciones sin Estado.
Esta apuesta genera inquietud en sectores del PSOE, que ven con preocupación una mayor sintonía entre Podemos y partidos que cuestionan la unidad de España.
Sin embargo, los morados insisten en que la clave del futuro progresista pasa por no excluir a nadie que defienda los derechos humanos, la justicia social y la democracia participativa.
Podemos intenta así redefinir su espacio político tras la ruptura con Sumar, alejándose del marco estatalista y apostando por una alianza confederal de izquierdas plurinacional.
De consolidarse, esta coalición podría suponer un nuevo actor electoral con peso en el Congreso, especialmente si se fragua antes de las próximas elecciones generales o europeas.