Rufián y Évole: El show del victimismo y la hipocresía separatista
El portavoz de ERC intenta lavar su imagen en televisión, pero solo demuestra su cinismo habitual

Gabriel Rufián, el eterno provocador de la política española, se sentó con Jordi Évole en un intento de redención televisiva. Entre anécdotas y arrepentimientos forzados, el separatista dejó claro que su discurso no ha cambiado: sigue jugando a la víctima mientras ataca sin piedad a quienes no piensan como él.
Uno de los momentos más reveladores fue cuando habló de su tuit previo a la muerte de Carme Chacón. Ahora dice que se arrepiente, pero no tuvo reparos en hacer leña del árbol caído cuando le convenía. ¿Remordimiento genuino o simple postureo mediático?
Además, Rufián sacó su faceta más prepotente al recordar su pasado en El Corte Inglés, donde presumió de haber humillado a una antigua jefa. Toda una lección de "humildad" de quien pretende darnos lecciones de convivencia.
Mientras tanto, sigue defendiendo una política identitaria excluyente, financiando chiringuitos independentistas y atacando a quienes defienden la unidad de España. Quizás lo que de verdad le pesa no es su pasado, sino su presente: un independentismo en declive y cada vez más desconectado de la realidad.
🇪🇸 La verdadera vergüenza es la hipocresía de quienes intentan dividir España mientras viven a costa de ella.