Sánchez desafía a la Justicia y se blinda: “Mi hermano y mi mujer son inocentes
Sánchez y sus desplantes más habituales no tienen buen resultado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a situarse en el centro de la polémica con unas declaraciones que han levantado ampollas en los sectores judiciales y políticos. Tras el auto del juez Juan Carlos Peinado, que propone que un jurado popular juzgue a Begoña Gómez por malversación, el líder socialista no ha dudado en emitir su propio veredicto: “Toca defender la verdad. Mi hermano y mi mujer son inocentes”.
Un presidente en modo juez y parte
Lejos de respetar la independencia judicial, Sánchez arremetió contra las decisiones del magistrado, dejando caer que las resoluciones de Peinado responden más a intereses mediáticos que a la aplicación de la ley. Según dijo en una entrevista concedida a Bloomberg, confía en que, cuando su esposa sea absuelta, exista “la misma repercusión mediática que las cosas que hace el juez Peinado”.
Un mensaje claro: Sánchez pretende deslegitimar al juez mientras utiliza su cargo para erigirse en defensor de su familia, en lugar de dejar que la Justicia haga su trabajo.
Candidato para 2027: el plan de blindaje personal
Lejos de mostrar debilidad, el presidente confirmó que se presentará como candidato del PSOE a las elecciones generales de 2027. Una decisión, asegura, tomada tras consultarlo con su familia y con la cúpula del partido.
Con esta jugada, Sánchez intenta proyectar fortaleza política en medio de la tormenta judicial que acecha a su entorno más cercano. Sus palabras muestran que el poder para él no es una herramienta de servicio, sino un escudo personal para blindarse frente a las acusaciones de corrupción y malversación que salpican a su núcleo familiar.
El cinismo del “relato oficial”
El relato de Sánchez es el mismo que repite la izquierda cada vez que la corrupción les estalla en la cara: victimismo, ataques a los jueces y apelaciones a una “verdad” construida a su medida.
La pregunta es sencilla: ¿qué presidente en una democracia seria se atrevería a pronunciar un veredicto público sobre una causa judicial que afecta directamente a su mujer y a su hermano?. La respuesta, desgraciadamente, solo apunta a un perfil autoritario y sectario, dispuesto a manipular el discurso para salvarse políticamente.
Conclusión: Sánchez gobierna para sí mismo
Con estas declaraciones, Sánchez no solo desprecia la labor de la Justicia, sino que confirma lo que muchos españoles ya sospechan: que su principal prioridad no es España, ni los parados, ni la economía, ni la unidad nacional, sino la supervivencia política y judicial de su propio clan.
Mientras tanto, el país sigue atrapado en una espiral de crisis y descrédito institucional, con un presidente que se coloca por encima de los jueces, los ciudadanos y la propia democracia.