Sánchez entrega el carnet de conducir a Marruecos mientras humilla a los españoles
España recibirá ocupas al volante
Pedro Sánchez ha cruzado otra línea roja. La DGT ha activado un sistema que permite a ciudadanos de Marruecos y otros países obtener el carnet de conducir español sin hacer ni un solo examen, sin cita previa, sin esfuerzo alguno.
Un regalo descarado, sin reciprocidad, que evidencia cómo el Gobierno desprecia a los ciudadanos españoles mientras compra favores diplomáticos con concesiones absurdas.
Los jóvenes españoles deben pagar cientos de euros, sufrir meses de espera y superar pruebas exigentes para obtener su permiso. Mientras tanto, extranjeros con permisos de dudosa fiabilidad lo canjean en minutos.
Las autoescuelas están en pie de guerra. Hablan de competencia desleal, inseguridad vial y de una humillación sin precedentes. Y no es para menos: se favorece a quien no ha demostrado ni conocimientos ni responsabilidad al volante.
La sumisión de Sánchez al Reino de Marruecos es vergonzosa. No hay otra forma de definirla. Un presidente que legisla para contentar a otros países, ignorando al pueblo que debería proteger.
Esto no es integración, es rendición. Y los españoles, una vez más, pagan la factura de un gobierno que premia lo ajeno y castiga lo propio.
Una traición más en la larga lista de desprecios de Sánchez a su propio país.