Sánchez pidió a sus asesores estudiar el impacto judicial de meter a su mujer y hermano en las listas del PSOE

La desesperación de Pedro Sánchez en aumento

Redacción
Política
lunes, 13 de octubre de 2025

El entorno del presidente estudia distintos escenarios ante el creciente desgaste del Gobierno y la posibilidad de un adelanto electoral

Madrid. — En el Palacio de La Moncloa se respira inquietud. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha encargado a su equipo más cercano un análisis sobre el posible impacto político y judicial de una eventual inclusión de familiares en las listas del PSOE, según confirman fuentes próximas al entorno socialista. El objetivo, explican, sería medir las consecuencias legales y comunicativas en un momento de especial tensión institucional y de creciente desgaste político.

El estudio se enmarca en una estrategia de revisión de escenarios ante un hipotético adelanto electoral, una posibilidad que el Ejecutivo no descarta por completo, aunque oficialmente se insiste en que “la legislatura tiene recorrido”. Sin embargo, la realidad interna es otra: en Moncloa se percibe el ruido de fondo de un fin de ciclo, con nerviosismo creciente y un PSOE cada vez más dividido entre el cierre de filas y la autocrítica.


Moncloa en modo contención: calma oficial, inquietud real

Mientras públicamente el Gobierno transmite serenidad, fuentes del partido reconocen que se analizan todos los movimientos con sumo cuidado. El debate sobre la estrategia electoral del PSOE se cruza con las preocupaciones por los frentes judiciales abiertos en el entorno del Ejecutivo y la tensión con los socios parlamentarios.

En Ferraz, varios cuadros intermedios admiten que “la sensación es de desgaste y de fatiga”. El mensaje de Sánchez, centrado en la estabilidad y el crecimiento económico, no logra frenar la erosión política ni silenciar los rumores sobre posibles cambios de rumbo antes de fin de año.


El PSOE busca recomponer su imagen y reenfocar el mensaje

En paralelo, los estrategas socialistas trabajan en una operación de reposicionamiento político, destinada a reforzar la conexión con el votante medio y recuperar credibilidad ante un electorado cada vez más desencantado. Los problemas de vivienda, el desempleo juvenil y la sensación de falta de rumbo en las políticas sociales están generando un desgaste que el Gobierno intenta revertir con una batería de anuncios y comparecencias públicas.

Sánchez busca ganar tiempo y recuperar oxígeno político, pero el margen es cada vez más estrecho. En el propio PSOE reconocen que la legislatura atraviesa su momento más delicado, y que cualquier error de cálculo puede precipitar un escenario electoral anticipado.


Fin de ciclo y cuentas pendientes

La conclusión que se desprende de las últimas semanas es clara: La Moncloa ha entrado en modo contención, con todos los movimientos calibrados al milímetro y un ojo puesto en la opinión pública. El Ejecutivo insiste en que “no hay nada decidido”, pero el hecho mismo de que se estudien alternativas demuestra el grado de preocupación en el núcleo del poder socialista.

En política, cuando un Gobierno empieza a calcular el coste de cada paso, es que el reloj ya ha empezado a correr. Y en Moncloa, ese reloj suena cada vez más fuerte.


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