Sánchez premió a Cerdán con la comisión del Tribunal de Cuentas tras su papel en las primarias
Son los más corruptos de la historia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, otorgó a Santos Cerdán la codiciada comisión del Tribunal de Cuentas, un puesto de peso y visibilidad institucional, como recompensa directa por su papel clave en las primarias del PSOE.
Cerdán, conocido por su labor como operador interno del partido, fue uno de los principales artífices del regreso de Sánchez al liderazgo socialista. Su lealtad no solo fue premiada políticamente, sino también institucionalmente, con una responsabilidad que debería estar libre de cuotas partidistas.
El Tribunal de Cuentas, encargado de fiscalizar la actividad económica del sector público, no debería estar en manos de quien ha sido una pieza central en maniobras de poder internas. Esta designación evidencia la colonización partidista de las instituciones por parte del PSOE, utilizando el aparato del Estado como plataforma de premios y castigos internos.
Una vez más, la meritocracia cede ante el clientelismo político, y la ciudadanía asiste atónita a cómo los cargos públicos se reparten como botín entre fieles del líder, sin el más mínimo pudor.