¿Se puede ser militar sin que te guste? por Soldier2020
Academia de Combate

¿Se puede ser militar sin que te guste?
La gran discusión que tuve con mi padre y cómo me cambió la vida
Mi padre es mecánico. Se dedica a esto desde hace más de 20 años. Siempre, todas las mañanas, se levanta y se va a trabajar.
Un día, hablando con él, le dije:
—Pues sí que te debe gustar tu trabajo, 20 años haciendo lo mismo.
Nunca imaginé lo que me respondería:
—No me gusta desde hace exactamente 20 años.
Me dejó de piedra, así que tuve que seguir preguntando:
—¿Y por qué sigues ahí?
Me respondió:
—Porque trabajar es parte de la vida y es un medio para poder sobrevivir.
Años más tarde volveríamos a tener esta conversación, pero esta vez yo ya era militar. Le dije:
—Papá, creo que quiero dejar el ejército.
—¿Por qué? —me respondió.
—Pues porque no me gusta.
—Ya… ¿y qué? El trabajo es un medio para conseguir un fin. Nadie es feliz en su trabajo.
No digo que mi padre esté equivocado, pero sí creo firmemente que una persona no puede ser militar sin que realmente le guste su trabajo.
Hablamos de una profesión donde muchos días de tu vida vas a estar casi 24 horas con tus compañeros, donde tu jefe debe ser el máximo referente para ti, donde siempre vas a tener gente por encima y debes ser tú quien les ayude a completar sus objetivos.
¿Qué pasa si esto no me gusta? Pues que vas a ser un “soldado quemado” durante todo el tiempo que decidas estar allí. Imagínate cuestionarte cada orden, mostrar desidia cada mañana, sentir que no quieres estar ahí.
¿Cómo se supone que vas a progresar en un trabajo cuyo único propósito es que seas útil?
No hablamos de cumplir un horario y marcharte; hablamos de que hay un sacrificio gigantesco cada día que nos ponemos el uniforme.
En la unidad habrá gente de todo tipo: el soldado que lleva 15 años ahí y ya no le apetece hacer nada, el cabo motivado recién ascendido al que se le ha subido el empleo a la cabeza…
Intenta pensar que, cada vez que te pones el uniforme, eres el soldado Gómez. Ya no eres Adrián. Créete tu propia película, sugestiónate a ti mismo cada día para que, cuando termine tu horario laboral, te hayas sentido útil (aunque te hayas limitado a limpiar el fusil y hacer orden cerrado).
De no ser así, bienvenido al camino más largo de tu vida hasta la finalización de tu compromiso inicial.
Piénsate bien en dónde te estás metiendo y, sobre todo, créete tu propia película. Hazlo lo mejor posible, aunque el resto te diga que no hace falta o que eres un flipado.
Me lo agradecerás en unos años.
2020Soldier, tutor en Academia de Combate y exmilitar de la BRILAT