Sonia Villa habla del esperpento del Ministro Torres

Torres es un sujeto que ya no tiene más mentiras en el bolsillo

Sonia Villa
Opinión
jueves, 20 de marzo de 2025

Apela, el ministro Torres, al buenismo más pueril, y a la recurrente acusación de racismo, para justificar el muy solidario reparto de menores inmigrantes entre las distintas comunidades del territorio español. Lo de “muy solidario”, es ironía.

No se da cuenta, el ministro, ni sus acólitos más arcoiristas, de que el constante insulto a la inteligencia ya no funciona.

Compara con los niños ucranianos, y lo basa todo en el diferente color de piel.

Oiga usted. No.

Los niños ucranianos sí vienen de una guerra. Los niños ucranianos sí tienen padres que están deseando que la situación de su país se estabilice para que regresen junto a ellos. Los niños ucranianos son realmente niños, no hombretones que se hacen pasar por ellos, como ocurre frecuentemente con los otros niños.

No se puede confundir eso de acoger temporalmente con oleadas incontroladas de personas que entran de cualquier manera, a veces de forma violenta, sin documentos, sin ningún tipo de información de lo que dejan atrás. Sin orden, sin saber si tendremos recursos para atenderlos a todos. Vienen a quedarse y lo hacen de manera ilegal.

No podemos ni tenemos recursos para atender a todo un continente. Las comunidades autónomas ya están desbordadas, corriendo el riesgo de hacinar y desatender a esos supuestos niños, haciendo que el sistema colapse y no actúe en condiciones, ni con los “acogidos” ni con los nuestros, como ya se ha comprobado estos últimos días en Badajoz. Hay que poner filtros de una vez.

Me decían el otro día que no entendía la desesperación de unos padres al tener que enviar a sus hijos de esa manera. Y no la entiendo. ¿Por qué en una barca? ¿Por qué no en un ferry o en un avión? Mucha de la inmigración ilegal entra por los aeropuertos. Vienen como turistas, pasan los filtros policiales de entrada y luego se quedan, intentando buscarse la vida de la mejor manera posible. ¿Por qué pagar miles de euros a las mafias y dejarlo todo a la suerte del estado del mar? ¿Nunca lo han pensado? ¿Y dónde están las niñas? Seguro que entre los niños ucranianos, hay indistintamente niños y niñas, pero por algún motivo que no acierto a comprender, esto no se cumple con los llamados menas. ¿Será que los desesperados padres saben que es una locura enviarlas solas? No lo sé.

¿Y por qué no entiende la desesperación de sus propios ciudadanos cierto rey, que vive con toda clase de lujos, dándose paseos en sus yates? Ese que abre y cierra fronteras según quiera exprimir más o menos “ayudas” a España.

Señor ministro. No. No intente acomplejarnos ni convencernos con argumentos absurdos.

Y le digo más. Cuando un problema se cronifica, cuando por más recursos, ONG subvencionadas, centros, barcos de rescate o ayudas al deshumanizado rey que haya, la cosa no cambia, es porque no hay voluntad. Aquel que está a cargo de un problema y no lo soluciona es porque le interesa, porque vive de él. Y ustedes, su gobierno, se preocupan por los menas tanto como ese rey de los lujos y los yates. Simplemente esa situación sirve a sus intereses. Y lo sabemos.

Las mafias se frotan las manos. Los gastos y las consecuencias de acoger a cualquiera, sin control de quién es en realidad y sin medida, las pagamos los ciudadanos. En nuestras calles y en nuestros bolsillos.

Etiquetas Relacionadas

sonia villa habla esperpento ministro

¡Comparte esta Noticia!