Un marroquí prende fuego a la Iglesia de Santiago Apóstol en El Pozuelo de Granada
El ataque contra la fe cristiana que sacude a un pueblo entero
La pedanía granadina de El Pozuelo vivió este domingo uno de sus días más oscuros. La tranquilidad veraniega saltó por los aires cuando un joven de 21 años, de origen marroquí, atacó la histórica Iglesia de Santiago Apóstol, símbolo de la devoción popular de la zona.
Según los primeros informes, el individuo rompió una vidriera con un martillo, forzó la entrada al templo y, tras causar destrozos, prendió fuego al interior con un mechero.
Vecinos al rescate ante la barbarie
El aviso al 112 movilizó de inmediato a los Bomberos de Motril, la Guardia Civil y la Policía Local, mientras que fueron los propios vecinos, armados con mangueras, quienes lucharon en primera línea para salvar su iglesia. Gracias a esta rápida respuesta, el fuego pudo ser controlado antes de que el templo quedara reducido a cenizas.
El suceso, que no solo es un delito material sino un ataque frontal a la fe de la mayoría de los granadinos, ha dejado al pueblo conmocionado y con una herida moral difícil de cerrar.
El Arzobispado denuncia un ataque contra lo sagrado
En un comunicado contundente, el Arzobispado de Granada condenó el acto como un “atentado a lo más sagrado del culto cristiano y de los sentimientos religiosos de la mayoría de sus habitantes”.
La Iglesia agradeció la actuación de bomberos, Guardia Civil, parroquias y vecinos, a la vez que llamó a todos los fieles a “desagraviar a Dios” por este grave suceso que ataca directamente a la identidad y la tradición cristiana del municipio.
¿Ataque aislado o síntoma de un problema mayor?
Este hecho no puede tratarse como un simple incidente aislado. Los ataques contra iglesias y símbolos cristianos se repiten en España con una preocupante frecuencia, mientras el Gobierno de Sánchez y sus socios de la izquierda callan, minimizan o miran hacia otro lado.
La pregunta es clara: ¿se imagina alguien la reacción si el ataque hubiera sido contra una mezquita o una sinagoga? Habría condena unánime, minutos de silencio oficiales y portadas internacionales. Pero cuando la víctima es la fe cristiana, la mayoría de medios progresistas prefieren silenciarlo.
El pueblo, unido frente a la agresión
Hoy, El Pozuelo llora, pero también se levanta. Vecinos, autoridades eclesiásticas y colectivos cívicos ya trabajan para restaurar la Iglesia de Santiago Apóstol, levantada en los años 1993–1994, que cada 25 de julio acoge las fiestas de Santiago, patrón de España.
Lejos de amedrentarse, los habitantes del pueblo han mostrado su decisión de defender sus símbolos, su fe y su historia frente a quienes intentan destruirlos.
Conclusión: España no puede callar más
Lo ocurrido en Granada es mucho más que un suceso local. Es un reflejo de cómo la identidad cristiana de España está siendo atacada y menospreciada, mientras el Gobierno se dedica a contentar a minorías y a mirar hacia otro lado.
El silencio oficial y mediático ante estos atentados es tan grave como el propio delito. Porque callar ante ataques a iglesias y templos cristianos es abrir la puerta a que vuelvan a repetirse.
La conclusión es clara: o defendemos lo nuestro, o nos lo arrebatan.