Zapatero y el origen político del procés con la amnistía
Todo el mundo espera que Zapatero se siente en el banquillo

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno entre 2004 y 2011, fue el gran responsable del desastre territorial que hoy vive España.
En 2004, prometió en Barcelona aceptar el Estatut que saliera del Parlament, sin condiciones ni filtros constitucionales, una temeridad que ningún presidente había cometido jamás.
El Estatut aprobado estaba plagado de artículos inconstitucionales que convertían a Cataluña en una "nación" con soberanía propia, rompiendo de facto la unidad del Estado.
Lejos de frenar esa deriva, Zapatero empujó el texto por el Congreso con retoques cosméticos, abriendo un proceso que acabaría en frustración, victimismo y radicalización independentista.
Cuando el Tribunal Constitucional recortó el Estatut en 2010, el nacionalismo ya tenía el relato de la "humillación" perfectamente preparado, pero todo comenzó con la claudicación inicial del Gobierno socialista.
Zapatero no fue ingenuo, fue cómplice útil de un proyecto rupturista, y su irresponsabilidad histórica sigue teniendo consecuencias.
Hoy el PSOE habla de concordia y amnistía, pero lo cierto es que fue el propio PSOE quien fabricó esta bomba de relojería.
El procés no lo inició ni Mas ni Puigdemont: lo fabricó Zapatero con su debilidad política y su desprecio al orden constitucional.
España todavía paga el precio de aquella traición.