En Alemania ya se produce un ataque con cuchillo en el país cada 18 minutos por la inmigración

Alemania se enfrenta a una ola de violencia sin precedentes que preocupa a la ciudadanía y tensiona al gobierno.

Según los últimos datos policiales, en 2024 se registra un ataque con cuchillo cada 18 minutos en el país.

Este alarmante aumento coincide con el incremento de la inmigración ilegal, que muchos expertos y autoridades locales vinculan directamente con la escalada de crímenes violentos.

Las estadísticas revelan que una parte significativa de los delitos con arma blanca está siendo cometida por solicitantes de asilo y migrantes irregulares, especialmente en zonas urbanas y estaciones de transporte público.

Solo en el primer trimestre del año, las fuerzas de seguridad alemanas han contabilizado más de 8.000 agresiones con cuchillo, muchas de ellas con víctimas mortales o heridos graves.

Los sindicatos policiales y asociaciones civiles exigen medidas urgentes.

"Nuestros agentes están desbordados, y la política migratoria actual ha sobrepasado todos los límites de sostenibilidad", ha declarado un portavoz del sindicato policial de Baviera.

"El sistema está colapsando y los ciudadanos lo saben."

Mientras tanto, el gobierno federal intenta contener el debate, alegando que no todos los inmigrantes están vinculados al crimen y que es necesario actuar con prudencia y sin estigmatizar.

Sin embargo, la presión social y política crece.

Partidos conservadores y de oposición exigen el cierre inmediato de fronteras, la repatriación de delincuentes extranjeros y una reforma profunda del sistema de asilo.

Los ciudadanos alemanes, por su parte, expresan su preocupación en redes sociales y medios locales.

"No podemos salir tranquilos de casa. Mi hija ya no se siente segura volviendo sola de la universidad", comenta una residente de Hamburgo.

Alemania, que durante años fue ejemplo de apertura migratoria en Europa, vive ahora una de sus crisis de seguridad más intensas en décadas.

Y mientras los ataques con cuchillo se multiplican, el debate sobre los límites de la acogida y la integración se convierte en un asunto de urgencia nacional.