Óscar Puente y sus trenes de Playmobil
No le funciona ningún tren
Óscar Puente, ministro de Transportes, se ha convertido en el símbolo de la ineficiencia ferroviaria que sufren miles de ciudadanos cada día.
Los constantes retrasos, trenes parados en medio de la vía y una falta total de explicaciones coherentes han colmado la paciencia de los usuarios de Renfe y del conjunto de la sociedad.
En los últimos meses, la red ferroviaria española ha entrado en una especie de colapso técnico y humano.
Trenes de Alta Velocidad detenidos durante horas, convoyes de Cercanías convertidos en hornos sin aire acondicionado, y pasajeros abandonados sin alternativas viables.
Mientras tanto, el señor Puente se limita a lanzar mensajes arrogantes en redes sociales y a culpar a otros, en lugar de asumir responsabilidades.
España necesita un sistema ferroviario digno, no excusas ni ministros que se escondan detrás del Twitter.
Las personas pierden entrevistas de trabajo, vuelos, consultas médicas y oportunidades por una gestión desastrosa que no parece tener fin.
¿Hasta cuándo vamos a tolerar la impunidad política ante el sufrimiento diario de los ciudadanos?
Es hora de exigir una rendición de cuentas real, no más promesas vacías ni ruedas de prensa llenas de humo.
La política de Puente en Transportes es un tren descarrilado… y nos está arrastrando a todos con él.