Trump podrá burlar el embargo de Sánchez y enviar armas a Israel con escala en Rota y Morón
Golpe muy duro para Pedro Sánchez
El supuesto embargo de armas a Israel anunciado por Pedro Sánchez se ha convertido en papel mojado.
Fuentes militares y diplomáticas confirman que el expresidente estadounidense Donald Trump ya tiene diseñada la forma de sortear las restricciones españolas y continuar con el suministro de material bélico a Netanyahu a través de las bases militares de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla).
El embargo de Sánchez: eficacia cero
Lo que el Gobierno socialista presentó como una medida “histórica de presión” contra Israel, en realidad no tiene ninguna eficacia real.
España depende de su acuerdo estratégico con EE.UU., y ese acuerdo incluye el uso compartido de estas bases aéreas.
Traducido: Washington no necesita pedir permiso a Sánchez para que sus aviones carguen armas en suelo español rumbo a Oriente Medio.
Un alto mando lo resume así:
“Sánchez vende titulares, pero en la práctica, si Trump quiere usar Rota y Morón para enviar armamento, lo hará sin problemas. La política exterior española pinta cero en esta partida”.
Rota y Morón, puntos clave en el tablero mundial
Ambas bases, cedidas a Estados Unidos desde los años 50, son esenciales para las operaciones de la OTAN y el Pentágono en el Mediterráneo y Oriente Medio.
Desde ellas se gestionan vuelos, reabastecimientos y operaciones logísticas que no dependen del capricho de Moncloa, sino de tratados internacionales que Sánchez no puede saltarse sin provocar un conflicto diplomático mayúsculo.
Por eso, la decisión de Sánchez de “bloquear la venta de armas a Israel” es pura propaganda para contentar a sus socios comunistas y separatistas, pero sin ninguna consecuencia real para Netanyahu.
Trump desafía y Sánchez se arrincona
El expresidente Trump ya ha dejado claro que su apoyo a Israel es total e incondicional, y que no permitirá que “burócratas débiles” —en clara alusión a Sánchez— condicionen la estrategia de defensa en Oriente Medio.
En este contexto, la diplomacia española queda en ridículo: Sánchez pretende jugar de líder internacional, pero termina siendo un figurante irrelevante en un tablero donde mandan Washington, Tel Aviv y Bruselas.
Conclusión: otro postureo socialista
El caso es claro: Sánchez impone un embargo que no sirve de nada, que deja a España en mala posición con Israel y que Trump puede saltarse sin el menor esfuerzo.
Otra jugada de marketing político que solo busca titulares y aplausos de sus socios podemitas, mientras la realidad internacional demuestra que España, bajo Sánchez, ha perdido todo peso y credibilidad.